Ya en el siglo III a C., el emperador Chino pedía a las personas que iban a hablar con él, que llevaran un clavo en la boca para que tuvieran el aliento perfumado.
Los venerables médicos de la dinastía Han (206 a.C. - 220 d.C.) ya mencionan en sus escritos las propiedades del calvo, y especialmente su capacidad para perfumar el aliento.
Sus mayores propiedades se aplican en la boca.
Como Elixir bucal: realizar enjuagues con una vaso de agua con unas gotas de esencia de clavo para refrescar y desinfectar la cavidad oral.
Para el Dolor de Muelas: un fragmento de clavo o una gota de esencia en la muela dolorida lo calma rápidamente.
Ingerido por vía oral, en infusión, el clavo es estimulante, aperitivo y carminativo. Pero quienes sufren de úlcera gastroduodenal y gastritis, deben abstenerse del calvo en cualquiera de sus usos.
En dosis elevadas tiene efectos irritantes sobre el aparato digestivo.
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